Después de haber visitado el centro histórico de Lisboa en la primera jornada y Sintra y Cascais en la segunda, continuamos nuestro recorrido de turismo en Lisboa en tres días con una tercera jornada en la que visitaremos el popular barrio de Belém y la zona más moderna de Lisboa: el Parque das Naçoes.
Día 3: Belém y Parque das Naçoes
Realmente, de los dos lugares que planeamos, sólo Belém entra dentro de las visitas imprescindibles (cuando se tiene poco tiempo). Si queremos, podemos sustituir el Parque das Naçoes por otras visitas que nos interesen más o completar las que no nos dio tiempo a hacer en días anteriores. También os daremos algunas ideas para ello.
Belém
Belém es, junto con el centro histórico, la otra gran visita imprescindible en Lisboa. Es un barrio situado a la orilla del río Tajo, al oeste de la ciudad, ya casi a las afueras. Es especialmente importante por albergar dos de las mayores obras de la arquitectura manuelina portuguesa: el Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belém, pero también tiene otros atractivos.
Podemos llegar a Belém cómodamente en transporte público, con el tranvía número 15 que sale de la Plaza da Figueira, atraviesa casi toda la Baixa y va paralelo al río Tajo desde Cais do Sodré. Hay también una estación de tren de cercanías y varias paradas de autobuses en sus proximidades. Si vamos en coche, hay bastante espacio para aparcar, aunque puede estar un poco más difícil en temporada turística.
El barrio de Belém destaca por ser uno de los lugares de referencia para el estilo gótico manuelino, un tipo de arquitectura portugués, evolución del gótico, caracterizado por una presencia importante de elementos decorativos propios. Su origen data de finales del siglo XV.
El Monasterio de Los Jerónimos fue construido en este estilo a principios del siglo XVI, para conmemorar el regreso con éxito del navegante Vasco da Gama de su expedición por la India. En él podemos visitar la iglesia y, previo pago de una entrada, el claustro -que es lo más interesante del edificio-.

Torre de Belem
Si el Monasterio de los Jerónimos es la principal obra religiosa del estilo manuelino, a algo menos de un kilómetro de distancia nos encontramos con otra obra de referencia de la arquitectura militar del mismo. La Torre de Belém nació como una torre de defensa y, lejos de mantener su función original, es ahora un monumento nacional. Podemos visitarla por dentro, aunque merece más la pena por fuera.
En Belém se encuentra también otra de las estampas típicas de Lisboa: El Monumento a los Descubridores, que representa a algunos de los principales navegantes portugueses de la historia.
Y, por supuesto, Belém es también famosa por la fábrica de los conocidos Pasteles de Belém. Se trata de una variedad de los pasteles de nata típicos portugueses, con una receta especial, única y secreta de esta fábrica que hace que sean únicos en la ciudad. Podemos disfrutarlos en las enormes salas de cafetería del interior o comprarlos para llevar. Son, además, uno de los mejores regalos que podemos llevarnos de Lisboa.
Parque das Naçoes
Después de tres días en Lisboa marcados por su patrimonio histórico, no está de más dar un cambio y acercarnos a la cara más moderna de la ciudad. El Parque de las Naciones es la zona de la ciudad que fue completamente reformada con motivo de la Exposición Mundial de 1998 y donde algunos de los antiguos pabellones han sido reconvertidos en equipamientos.

Parque das Naçoes de Lisboa.
El Parque das Naçoes está situado en la zona noreste de la ciudad, junto al río. En él podemos contemplar edificios como la estación de Oriente, diseñada por Santiago Calatrava; el pabellón Atlántico, donde se celebran conciertos y eventos deportivos; o el centro comercial Vasco da Gama. Todos ellos construidos en un estilo moderno en el que dominan el acero pintado de blanco y el cristal.
Junto al río, encontramos también numerosos bares y restaurantes en un entorno tranquilo. Este barrio también acoge el impresionante acuario del Oceanario de Lisboa, que hará las delicias de los niños y los no tan niños (se pueden comprar las entradas por Internet desde aquí). También está a un paso del puente Vasco da Gama, uno de los más largos de Europa.
Otras alternativas en Lisboa
De los lugares que hemos visto en esta ruta de tres días por Lisboa, el Parque das Naçoes es el más prescindible. Es agradable para ver y pasear, pero tampoco imprescindible. Si queremos cambiar esta visita por otras, tenemos algunas opciones interesantes.
Si queremos pasear por el centro moderno de Lisboa, podemos partir desde la Plaza del Marqués de Pombal hacia el norte. Zonas como Picoas, Saldanha, Campo Pequeno o Entrecampos no son especialmente llamativas desde el punto de vista monumental, pero sí que responden más a la realidad de la vida cotidiana de Lisboa. En esta zona, podemos acercarnos a la parte alta del Parque Eduardo VII, donde tenemos una buena vista de la ciudad.
Otra opción muy agradable es cruzar el río Tajo y disfrutar de las vistas desde la margen sur. Hay varias rutas de barcos desde Lisboa a diversas localidades de la zona. Desde la estación fluvial de Terreiro do Paço hay catamaranes que salen hacia Barreiro y desde Cais do Sodré salen ferries al barrio de Cacilhas, en Almada.
Desde la orilla de Cacilhas hay fantásticas vistas de Lisboa, especialmente si caminamos unos cientos de metros por la orilla del río. Si queremos seguir por la zona, podemos visitar también el monumento del Cristo Rei, desde donde hay buenas vistas de Belém y el Puente 25 de Abril, así como del centro de Lisboa.
Tenemos también la posibilidad de visitar algunos museos como el de la Fundación Calouste Gulbenkian, cerca de la Plaza de España; o disfrutar de un paseo en la ruta del tranvía 28, que nos llevará por todo el centro histórico de Lisboa.
Publicada en la sección qué ver en Lisboa.