lisboa en un dia

Lisboa en un día

Es una pena estar en Lisboa y tener sólo un día para verla, pero si estás aquí de paso, en la escala de crucero o sólo tienes 24 horas, aquí te damos algunas ideas sobre qué ver en Lisboa en un día.

Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de lanzarnos a la aventura de Lisboa en un día es que tendremos que descartar algunas opciones. Por temas de distancia y transporte, lo más lógico es prescindir de las excursiones cercanas a Lisboa, entre las que destaca la de Sintra. No obstante, no dudéis en apuntarla para vuestro próximo viaje a Lisboa, ya que merece mucho la pena.

Tampoco tendremos mucho tiempo para visitar la parte más moderna de Lisboa -el centro económico y comercial de la ciudad-, así como el área del Parque de las Naciones, donde se encuentra el Oceanario y se celebró la Expo del 98.

Lisboa en un día: Centro histórico y Belém

Por tanto, centraremos nuestro paseo para ver Lisboa en un día en las dos zonas más turísticas de la ciudad: El centro histórico y el barrio de Belém.

El centro histórico de Lisboa ocupa la zona de la orilla del río Tajo y en él podemos distinguir varios barrios o zonas bien diferenciadas bien delimitadas por las colinas. La Baixa es la zona llana que se abre desde la Plaza de Terreiro do Paço -el corazón del centro histórico de Lisboa-, hasta el Rossio. Al este de ella, se encuentra la colina donde se encuentran el Castelo de Sao Jorge, la Sé -Catedral- y el popular Barrio de Alfama. Por su parte, al oeste se alza otra colina en la que se encuentran el aristocrático barrio del Chiado y la zona del Barrio Alto, una de las referencias del ocio nocturno de Lisboa.

Personalmente, si no tenemos mucho tiempo y queremos conocer una selección de lo mejor que nos podemos encontrar en el centro de Lisboa en pocas horas, la opción de contratar un tour a pie guiado como éste es una de las mejores opciones tenemos. También podemos hacerlo por nuestra cuenta. Las distancias son razonables a pie, aunque las calles del centro histórico son retorcidas y en cuesta. El transporte público es otra opción. El metro sólo está en la Baixa, pero podemos movernos por esta zona en el tradicional tranvía 28 de la empresa pública de transportes.

El centro histórico de Lisboa

Podemos empezar nuestra ruta en el Terreiro do Paço, la gran explanada que sirve de corazón al centro histórico de Lisboa, caracterizada por sus soportales y por el Arco de la Rua Augusta que da paso a la calle peatonal del mismo nombre que nos lleva al Rossio. La plaza, en sí, es una gran explanada abierta al río Tajo, donde se celebran numerosos eventos cada año. Es una de las principales estampas de Lisboa.

Desde allí, la Rua Augusta nos conduce hasta la Plaza del Rossio por un trayecto peatonal jalonado de tiendas y restaurantes, que vertebra la zona de la Baixa en calles rectas en forma de cuadrícula, que tienen como origen la reconstrucción de la zona tras el terremoto del siglo XVIII que dejó el centro de Lisboa totalmente destruido.

Castillo Lisboa

Castelo de Sao Jorge visto desde la Baixa. Foto: Lalupa via Wikimedia Commons.

Desde allí, podemos dirigirnos hacia el este -lo mejor es seguir a pie la ruta del tranvía 28- y subir la cuesta que nos lleva, primero, a la Catedral -la Sé- de estilo románico y, unos metros sobre la colina, al Castelo de Sao Jorge, desde el que tenemos fantásticas vistas de todo el centro de la ciudad y el río Tajo. Si nos sobra tiempo, podemos callejear por las pequeñas y estrechas calles del barrio de Alfama, donde tiene su origen el famoso fado de Lisboa.

Después de volver a la Baixa -a pie o en el tranvía-, tomamos dirección este y subimos por la otra colina en dirección a la Plaza de Camoes, que es la referencia de la zona del Chiado y el Barrio Alto. El Chiado fue considerado a principios del siglo XX, la zona aristocrática e intelectual de Lisboa. De aquel tiempo quedan algunas librerías con mucha tradición y, sobre todo, algunos cafés populares como el A Brasileira, con la estatua del poeta Fernando Pessoa en su terraza.

Y, aunque por la mañana no se aprecie bien, a un costado de la Plaza Luis de Camoes se encuentra el Barrio Alto, lleno de pequeños bares de todo tipo, que hacen las delicias de las primeras horas de la noche lisboeta.

Una tarde en Belém

Pasteles Belem

Pasteles de Belem en la fábrica de Lisboa

Después de haber pasado la mañana en el centro histórico de Lisboa, elegimos para la tarde de nuestro recorrido por Lisboa en un día el barrio periférico de Belém, situado a unos cinco kilómetros al oeste del centro histórico de la ciudad, también en la orilla del río Tajo.

Allí nos encontramos con algunas de las principales muestras de la arquitectura gótica manuelina de Portugal, con especial interés del Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belém.

La Torre de Belém se encuentra en el agua, separada de la tierra por una pequeña pasarela. Era una pequeña torre de vigilancia antigua de la entrada del río Tajo y destaca por su estampa y la decoración de su fachada y su interior. En sus alrededores hay un bonito jardín que nos sirve para hacer un alto en el camino.

Por su parte, el Monasterio de los Jerónimos es una monumental obra en la que destaca la iglesia y el claustro. A la iglesia podemos acceder libremente durante las horas de culto, pero para el claustro -lo más interesante-, necesitaremos adquirir una entrada aparte.

La visita a Belém se completa con la vista del Monumento a los Descubrimientos- obra/mirador de mediados del siglo XX erigida como homenaje a los descubridores portugueses- y el obligado paso por la fábrica de los Pasteles de Belém, el dulce más típico de la ciudad y una de las compras obligadas de Lisboa.

La noche de Lisboa

Es posible que, con tan poco tiempo, no podamos quedarnos a las últimas horas del día o a disfrutar de la noche de Lisboa, pero si lo hacemos, tenemos varias alternativas para relajarnos después de una larga jornada de paseo.

Los bares del Barrio Alto son una opción festival informal. Es muy típico comprar la bebida dentro y salir a la calle a beberlo con los amigos. Los fines de semana se llena, pero no deja de haber buen ambiente todas las semanas. Si preferimos algo más tranquilo, siempre podremos ir a tomar algo a la terraza del Chapitô -con algunas de las mejores vistas de Lisboa- o cenar en los muchos restaurantes de la Rua de Portas de Santo Antao.

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Publicada en la sección qué ver en Lisboa.

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