A poco más de 200 kilómetros al norte de Lisboa se encuentra Coimbra, una de las cinco ciudades más importantes del país, famosa principalmente por su tradición universitaria. Prácticamente todo lo relacionado con la ciudad está relacionado de alguna manera con la Universidad de Coimbra.
La mayor parte de los habitantes de su centro son estudiantes, muchas instituciones locales –incluso el equipo de fútbol profesional- están relacionadas con la importantísima Asociación Académica de Coimbra y el ambiente de tradición que desprende la Universidad se palpa en toda la ciudad. Es más, durante los meses lectivos, no es raro encontrarse con alumnos vestidos con el traje académico tradicional rematado por su capa negra.
Evidentemente, lo más atractivo de la ciudad es la Universidad de Coimbra. Los edificios principales están situado en lo alto de una colina, así que conviene prepararse para subir cuestas o escaleras. En lo alto de la misma están las principales facultades, practicamente todas con un estilo que data de la época salazarista y de mediados del siglo XX. No obstante, al fondo del Largo D. Dinis, aparece la facultad de Derecho, sin duda el lugar más atractivo de la universidad, junto con el claustro de la vecina facultad de Farmacia.
Junto a la universidad hay que visitar las dos catedrales de Coimbra: la Sé Nova y la Sé Velha, especialmente esta última, un fantástico monumento románico. El Museo Académico también merece la pena. Ya en las faldas de la colina, se puede pasear tranquilamente por el barrio comercial, la Baixa, y observar la vista de la universidad desde la parte más baja de la ciudad. Y, cruzando el río Mondego, se puede entrar en el recinto del Portugal dos Pequenitos, donde hay reproducciones a escala de los principales monumentos y casas típicas del país o llegar hasta el monasterio de Santa Clara.
Luso-Buçaco y Aveiro
Al norte de Coimbra están la localidad termal de Luso y el bosque de Buçaco. En Luso resulta interesante ver la zona de las fuentes procedentes de los manantiales y el balneario. Desde allí se puede subir a pie por el enorme bosque hasta el impresionante palacio de Buçaco, hoy reconvertido en un hotel de lujo. Eso quien tenga ganas de hacer ejercicio y estar en contacto con la naturaleza, porque es mucho más cómodo subir con el coche.
Algo más al norte, y ya bastante cerca de Oporto, está la ciudad de Aveiro. Es una ciudad mediana dentro de Portugal, con una universidad que empieza a tener prestigio en aspectos relacionados con las nuevas tecnologías, y con tres o cuatro canales en el centro de la ciudad en los que se pueden ver barquitos típicos. Pero que nadie se crea que aquello es una especie de Venecia, porque ocupan una mínima parte de la ciudad. En el centro, en la antigua zona de los pescadores, hay interesantes y, sorprendentemente, algunas casas bajas de inspiración holandesa. Además del centro de la ciudad, quien tenga un transporte adecuado debe acercarse a las playas de la Barra, en las afueras de la ciudad. El paseo merece la pena.
Para viajar a Aveiro y Coimbra desde Lisboa, el transporte público –tanto trenes como autobuses- funciona bien. La línea principal de tren entre Lisboa y Oporto pasa por ambas y hay numerosos autobuses de Rede Expressos que hacen el recorrido. En Luso-Buçaco, la combinación con transporte público es menos cómoda. Para quien vaya en coche, dispone de una buena autopista entre Lisboa y Oporto que pasa por todas estas zonas. Eso sí, los peajes son caros en Portugal.
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