No es, precisamente, la excursión que queda más cerca de Lisboa, pero mucha gente que visita Portugal por unos días hace un esfuerzo para dedicarle una jornada a Oporto.
Era una ciudad curiosa: sucia, caótica, algunas de las calles de su centro parecen caerse a pedazos, si bien en los últimos años su centro ha sido remodelado notablemente, incluyendo un modernísimo sistema de Metro. Pero tiene una cosa que al turista no le pasará desapercibida: no se parece a ninguna otra ciudad del Mundo que yo haya conocido. Es absolutamente original y única.
Nuestra guía de Oporto: Voy a Oporto
La Ribeira y las bodegas de vino de Oporto
La zona más atractiva de Oporto, y la auténtica estampa turística de la ciudad, es la de la Ribeira. Así se llama a la zona del rio Duero –Douro en portugués- más cercana al centro de la ciudad y donde, en el lado de Vila Nova de Gaia (sur)- tienen su sede las principales bodegas de vino de Oporto. En muchas de ellas hay visitas guiadas, aunque hay que estar al tanto de las horas de apertura. Desde allí, además, es posible en verano dar un paseo por el río en alguna de las réplicas de los barcos que transportaban el vino río abajo desde las viñas hasta las bodegas.
También la Ribeira es el mejor lugar para disfrutar de la vista de algunos de los puentes de la ciudad, entre ellos el creado por Gustave Eiffel, y –en el lado norte- disfrutar de restuarantes y bares y del paseo por el barrio. Quien quiera, puede seguir el río hasta su desembocadura en la llamada Foz. Es más, en su último tramo se puede seguir el recorrido en un tranvía turístico.
Centro de Oporto
En el centro de la ciudad, desde donde se baja a la Ribeira por una serie de calles con una pendiente bastante pronunciada, destaca la Avenida dos Aliados, que es el centro neurálgico de la ciudad. En realidad, junto a la Avenida de Boavista, es la única calle ancha importante dentro del centro de la ciudad de Oporto.
Desde allí quedan a apenas pocos metros algunos de los lugares más importantes de la ciudad: la Sé, la Torre dos Clérigos, la estación de Sao Bento, la Iglesia do Carmo o la Capela das Almas. En la mayor parte de estas construcciones civiles y religiosas destacan los azulejos de tonos azules.
Resulta también interesante darse una vuelta por el tradicional Mercado do Bolhao y ver las mercancías que se venden y cómo se venden. Para quien quiera un tipo de comercio algo más convencional, se recomienda un paseo por la Rua de Santa Catarina, que es el centro comercial de la ciudad. Finalmente, para aquellas personas interesadas en el arte moderno, se recomienda un paseo hasta la Fundación Serralves, con una colección permanente y exposiciones itinerantes que son de lo mejor de Portugal, en el marco de un edificio que llamará la atención a los amantes de la arquitectura.
Llegar a Oporto
Hay muy buenas conexiones entre los algo menos de 400 kilómetros que separan Lisboa y Oporto. Si viajamos en coche, tendremos la ventaja de poder parar en los muchísimos puntos de interés que hay entre ambas ciudades, entre los que destacan Coimbra y otras ciudades del Centro de Portugal como Batalha, Alcobaça u Óbidos. El aspecto negativo es que el peaje de la autopista sale un poco caro.
También tenemos abundantes conexiones por autobús y tren, con precios bastante asequibles. Los ferrocarriles portugueses (CP) disponen de una línea rápida entre Lisboa y Oporto con trenes llamados Alfa Pendular. En el enlace siguiente os damos más detalles de cómo llegar de Lisboa a Oporto en transporte público.
Eso sí, para moverse por la ciudad se recomienda utilizar el coche lo menos posible. Pese a la reciente apertura del metro, el centro es una auténtica ratonera la mayor parte del día.
Anterior: Costa Alentejana – Siguiente: Algarve
Artículos relacionados
- Distancias de Lisboa a otras ciudades
- Viajar de Lisboa a Oporto en transporte público
- Lisboa y Portugal